Algunos años después comenzó a trabajar en la fábrica, como empleado, adquiriendo sus primeros conocimientos sobre la elaboración de productos lácteos.
En el año 1956 se mudan a Luján con su familia su esposa Nelida, sus hijos Graciela y Juan Carlos y las recién nacidas mellizas Mónica y Teresa.
Don Juan, comenzó a trabajar en una panadería, pero a los pocos meses, decidió dejarla, su alma estaba puesta en los lácteos que con sus ahorros más un préstamo comenzó a elaborar sus primeros kg de muzzarella. Le dedicó su vida a la elaboración siempre priorizando la calidad que hizo destacar su marca a lo largo de los años, legado que hoy en día llevan sus hijos y nietos.